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Desde hace tiempo es conocida la situación por la que la empresa canadiense Blackberry atraviesa. Poniéndonos en situación hay que resaltar que la empresa tiene pérdidas desde hace años y ni el reajuste de plantilla ni la posibilidad de compra de otras empresas han frenado esta caída.

Aspectos bursátiles aparte, Blackberry vuelve a sus inicios pero con una perspectiva renovada con la nueva Blackberry Classic.

El aspecto exterior sin duda es un fiel reflejo a las antiguas Blackberry Bold, sobre todo a la 9900 que ya poseía los marcos metalizados y un aspecto empresarial muy característico. Esta vez Blackberry repite con ese diseño otorgándole a la Classic una pantalla de 3,5” con una resolución de 720×720 píxeles. Como ya vimos en el Blackberry Passport se trata de una pantalla cuadrada táctil pero manteniendo el trackpad óptico y las teclas de menú. Su procesador es un Qualcomm Snapdragon S4 Dual Core a 1,5 GHz con una memoria RAM de 2GB y un almacenamiento interno de 16GB. Estas características estarán aplicadas en el sistema operativo BB10.3 como ya lo hicieran en otros dispositivos, y que ahora cuenta con la posibilidad de instalar aplicaciones Android a través de la tienda de Amazon. Sin duda el tema de las aplicaciones es un hecho que determina la compra o no de un dispositivo, y no parece que el universo de Blackberry sea el más aventajado en este campo.

En cuanto a cámaras tenemos dos, la frontal de 2mpx y la trasera de 8mpx.

Si algo era característico en los dispositivos de Blackberry era su batería interminable que podía dudar días sin cargar, en este caso tiene una batería de 2512 mAh, pero recordemos que la batería tiene que alimentar una pantalla táctil y el teclado QWERTY. Todos recordamos la escasez que teníamos en dispositivos como la Bold o la Torch y esperemos que en este caso se hayan esmerado.

Conclusión: sin duda es un dispositivo que promete, pero en mi opinión tiene un gran fallo, su sistema operativo. Teniendo en cuenta la dimensión que han alcanzado Android, iOS y Windows Phone sería bastante extraño que pudiese hacerse hueco en un mercado tan dinamizado. Otro de los fallos es el público, en su origen Blackberry estaba destinada a las empresas, hubo una apertura al público en general y la cosa no estuvo mal, pero ahora parece que se vuelven a cerrar en un segmento que cada vez ve menos necesaria la seguridad y más propicia la funcionalidad. Pese a todo, como dispositivo aislado frente a la competencia creo que es un dispositivo de 10.

Hace unos días leí en un portal de Internet algo que sinceramente me llamó como consecuencia bastante la atención. No estoy acostumbrado a prestar demasiada atención a este tipo de portales, pero sin duda me hizo pararme un momento a leer el artículo desde el principio hasta el final.

En el artículo se ponía de manifiesto que efectivamente el invento que pretendía revolucionar el mundo de la tecnología en un futuro no demasiado lejano, estaba perdiendo fuelle por momentos. Me refiero obviamente a las Google Glass, esas gafas con una tecnología puntera que más tienen que parecerse a las gafas de Lara Croft en Tomb Raider que en unas gafas convencionales. Sin embargo aunque algunos portales opinan que sin duda una tecnología de estas características tendría más peso en diversos sectores como la ingeniería, la medicina o la ciencia, yo creo que podrían emplearse en muchos más ámbitos. Pero la noticia destaca que el proyecto estaba prácticamente muerto.

Pero, a fin de cuestas ¿qué son las Google Glass?

Es un dispositivo que contiene una pantalla a la altura de los ojos. En ella se muestra la información como si fuese un dispositivo móvil, desde noticias hasta la información del tiempo pasando por el uso de voz para la activación de todas y cada una de sus funcionalidades. Además permite tomar fotografías, grabar video o  navegar por internet. Su forma de uso se antoja sencilla, pero su precio no tanto, ya que adquirirlas nos dejará un agujero en el bolsillo de 1500$.

El principal problema que veo es la autonomía de las Glass, efectivamente es un dispositivo muy atractivo, pero ¿qué está pasando a todos los dispositivos con la batería? Aún recuerdo las famosas Blackberry o los Nokia que tenían una batería que podía durar días sin volverla a poner a cargar. Ahora mismo viviendo en un mundo tan globalizado es imposible tener que cargar las Glass cada poco tiempo. Sin duda la batería es un problema, ya que un dispositivo tan estilizado tan sólo posee 24 horas de autonomía que disminuyen con el uso continuo.

Otro de los problemas que sin duda me parece bastante complicado, es el hecho del desarrollo, si bien es verdad que no todos los grandes inventos han contado con un gran desarrollo informático a sus espaldas, está claro que en las Glass deberían de hacer bastante más hincapié. No olvidemos que se trata de un dispositivo que es prácticamente un prototipo aunque sean comercializadas, pero viendo las últimas noticias, parece que su evolución es cuestionada y sin duda dudosa. Teniendo en cuenta que Google es uno de los gigantes por excelencia ¿por qué no explotar este sector aunque cueste una verdadera fortuna?

En la actualidad se ha puesto de moda el concepto de wearable, un concepto que no llego a comprender teniendo en cuenta de que los smartphones se han convertido en un wearable por excelencia aunque algunos les pese. Pese a todo, el invento en funciones que pretendía revolucionar el mundo de la tecnología se ha convertido en algo dudoso que no se sabe si obtendrá al final el liderazgo que personalmente creo que merece. Además hay otro pequeño problema por no decir grande, y es la tecnología de Oculus Rift, un dispositivo de adquisición de Google que sin duda podría mortificar la estela de las Glass o simplemente ser su directa competencia.

De cualquier manera las Google Glass han quedado en el aire. Recientemente se ha sabido que el fabricante de lentes Ray Ban estaría desarrollando determinados diseños para dotar a las Glass de un diseño más puntero, ligero y más atractivo al mercado. Esperemos que pronto podamos utilizarlas no siendo un prototipo, sino como un elemento más en nuestra vida diaria.